Mantener limpio el ascensor es de gran importancia para que la seguridad de la instalación no se vea afectada y para evitar la posible acumulación de gérmenes, con los consiguientes riesgos que ello conlleva. Con una limpieza eficaz se puede evitar la aparición de polvo, virus y bacterias, además de garantizar el buen funcionamiento.
Para asegurar la limpieza periódica del elevador, existe el Real Decreto 88/2013, que trata sobre el mantenimiento de ascensores y que, en el apartado de limpieza, asegura que el propietario o presidente de una comunidad debe garantizar que se cuente con una persona encargada de limpiar el ascensor cada cierto periodo de tiempo.
Los profesionales que se encarguen de limpiar el edificio, no deben centrarse solo en el rellano, las escaleras y la entrada del portal, ya que el ascensor es una parte fundamental y es donde más gente va a acumularse a lo largo de un día. Por eso, en este artículo dejamos algunas recomendaciones para que la limpieza de este elemento sea lo más eficaz posible.
Partes del ascensor que hay que limpiar a fondo
A la hora de realizar la limpieza del elevador, es importante seguir una metodología concreta, que cumpla con ciertas exigencias. Dentro de esta metodología, hay muchas partes que es esencial limpiar con el máximo empeño. A continuación, dejamos algunas de ellas:
- Suelo del ascensor: Fregar correctamente cada rincón del suelo evitará la acumulación de bacterias y virus. Hay que tener en cuenta que es el lugar donde más suciedad se va a acumular a lo largo del día.
- Botones y luces: Son partes bastante delicadas, por lo que hay que utilizar productos especializados para el material concreto.
- Espejos: Los limpiacristales son fundamentales para una correcta limpieza.
- Techo: Es una zona que se suele olvidar, pero es imprescindible dejarla bien pulida.
- Foso y cuarto de máquinas: Esta parte la debe realizar una empresa especializada cada cierto periodo de tiempo. No es una actividad que deba hacer el limpiador.
- Raíles: Los raíles de las puertas hay que tenerlos libres de suciedad si no queremos que se puedan producir fallos en esta parte.