La accesibilidad en las ciudades y los pisos ha ido mejorando de forma ostensible en los últimos tiempos. Donde antes no había accesos en los portales o éstos eran muy deficientes, ahora hay rampas y ayudas bien elaboradas. Pero no solo en portales y edificios de negocios han mejorado los servicios para las personas de movilidad reducida, sino que también en los propios hogares los mecanismos para subir diferentes plantas han ido evolucionando de manera evidente.
La tecnología más típica en casas particulares para subir y bajar diferentes pisos son las sillas salvaescaleras. Estos aparatos son básicamente un elevador mecánico, que se colocan en una escalera y se desplazan automáticamente a través de ella, facilitando la vida a las personas con dificultades a la hora de moverse y haciendo que se puedan transportar de una planta a otra sin dificultad.
En este artículo hacemos un repaso a los principales modelos de salvaescalera que hay en el mercado y cuál es mejor elegir en cada caso.
Plataformas y sillas salvaescaleras: tipos y recomendaciones
Obviamente, si nos fijamos en múltiples detalles, las opciones de salvaescaleras que existen en el mercado son muy grandes. Podemos toparnos con sillas salvaescaleras curvas o rectas, así como de distintos materiales, como el acero y el aluminio. En cualquier caso, podemos distinguir 3 tipos claramente diferenciados:
- Sillas salvaescaleras clásicas: Suelen ser las elegidas para los hogares de personas ancianas o con problemas a la hora de desplazarse. Consisten en un mecanismo que traslada una silla a través de la escalera.
- Plataformas salvaescaleras: Estas plataformas son algo más engorrosas que la silla, pero permiten desplazar sillas de ruedas. El mecanismo funciona igual que en las anteriores.
- Elevadores verticales: Estos aparatos están destinados a salvar tramos del edificio difíciles de atravesar. Son más costosos que las anteriores opciones, ya que su mecanismo funciona de forma parecida al de un ascensor.