Cualquiera que se haya montado en un ascensor habrá observado que éste cuenta con un espejo en su interior (muy rara es la ocasión en la que no es así). La principal creencia es que el espejo se coloca en los ascensores por temas estéticos o de simple entretenimiento mientras se produce la travesía entre plantas, pero lo cierto es que su presencia está justificada con motivos mucho más importantes: la seguridad y prevenir situaciones de angustia.
Sensación de amplitud en el ascensor gracias al espejo en un elevador
Es relativamente habitual encontrarse con personas claustrofóbicas o que tienen un cierto grado de angustia cuando se montan en un ascensor, debido a su miedo a los espacios cerrados o al simple mecanismo del elevador. Por eso, colocar un espejo hace una doble función en este sentido:
- Por un lado, se genera una mayor sensación de amplitud, haciendo que desaparezca en cierta medida la angustia que algunas personas sufren en espacios cerrados.
- Por otro lado, la presencia del espejo nos mantiene distraídos durante el viaje, lo cual nos ayuda a olvidarnos de posibles miedos irracionales y hace que el viaje se nos haga mucho más corto.
Esta función psicológica hace que muchas personas puedan montarse en el ascensor más tranquilas, por eso prácticamente todos los ascensores cuentan con espejos.
Mayor seguridad ante actos violentos gracias a los espejos en el ascensor
Además de la mayor sensación de amplitud, otra razón de suma importancia por la que se colocan espejos en los ascensores es por motivos de seguridad. El momento en el que hay varias personas dentro de un ascensor es perfecto para un carterista para robar algo del bolso bolsillo de los demás. Sin embargo, el espejo da sensación de vigilancia y hace que esta práctica se haga mucho menos.
Además de esto, los espejos pueden ayudar también a personas discapacitadas a colocarse dentro del ascensor de manera correcta, al darles una mejor visión de la situación.